domingo, 12 de junio de 2011

Vermeer, Jan (1632-1675) es el pintor holandés que destacó por sus retratos de escenas de interiores llenas de serenidad, compuestas con una claridad matemática e imbuidas de una luz fría y plateada.

Vermeer, también llamado Jan van der Meer van Delft, nació en Delft y fue bautizado el 31 de octubre de 1632. Tras seis años de aprendiz, parte de ellos a las órdenes del pintor holandés Carel Fabritius, fue admitido en 1653 en la cofradía de San Lucas como maestro pintor. Fue un miembro importante de ella y sirvió en el consejo de gobierno. Se ganó la vida modestamente como marchante más que como pintor.

Sólo se conservan 35 lienzos de Vermeer. Este pequeño número parece ser fruto del metódico y deliberado estilo de trabajo de este autor, su corta vida y la desaparición de muchas de sus obras durante un periodo de oscuridad tras su muerte en Delft, el 15 de diciembre de 1675.

Con algunas excepciones, que incluyen paisajes, escenas de calle y algunos retratos, la producción de Vermeer consistió en interiores domésticos llenos de luz en los que una o dos figuras están leyendo, escribiendo, tocando un instrumento musical, o realizando alguna tarea doméstica. Estas obras de observación y ejecución precisa de la vida holandesa del siglo XVII se caracterizan por un sentido geométrico del orden.

Vermeer fue una maestro de la composición y la representación en el espacio. Joven dormida a la mesa (c. 1656, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York) ejemplifica su manejo de las tonalidades y la perspectiva sobre el fondo, hacia el plano medio y más allá en la distancia. En La lechera (1660, Rijksmuseum, Amsterdam), Mujer con jarra de agua (1663, Museo Metropolitano de Arte), Vista de Delft (c. 1660, Mauritshuis, La Haya) y otras obras, se recogen los efectos de la luz con una sutileza, delicadeza y pureza de color que son virtualmente únicas. Entre sus obras también destacan Soldado y mujer riendo (1657, Frick Collection, Nueva York) y Joven con sombrero rojo (1667, National Gallery of Art, ciudad de Washington).

Vermeer fue olvidado tras su muerte y no se le redescubrió hasta el siglo XIX. A partir de entonces su reputación ha crecido de modo constante. Hoy se le considera uno de los más grandes pintores holandeses.